El Bacalao y La fortuna de los Gurtubay
...Cómo hacerse rico por un error.
José María Gurtubay era hijo de un modesto menestral de Dima, (Arratia -Vizcaya), que se fue a Bilbao para ejercer en el negocio de los pellejos y las corambres. No le marchó todo lo bien que era de desear.
Cambió de negocio y empezó a dedicarse a las importaciones de bacalao procedente de Noruega, Escocia o Islandia. En 1824 se establece el Monopolio Estatal del bacalao. El Sr. Gurtubay pensó que el negocio podía resultar fructífero siempre que se importaran pequeñas cantidades que pasaran inadvertidas ante los consumeros y empleados de Hacienda.
A finales del 1835 puso un "telegrama" a sus proveedores habituales solicitando cien o ciento veinte bacalaos. Escribió, poco más o menos lo siguiente: "Envíenme primer barco que toque puerto de Bilbao 100 o 120 bacaladas primera superior".
(En mis notas figura "Telegrama" desde luego por el telégrafo convencional no pudo ser ya que en España se comenzó a poner en marcha el Telégrafo eléctrico en 1852, en 1855 se habían tendido muchos kilómetros de líneas y en 1856 se creó el Cuerpo de Telégrafos... Tal vez se refiera "Telegrama" a una nota corta manuscrita. Bueno este detalle es lo de menos).
Lo malo fue para Gurtubay que el 100 y el 120 fueron escritos en números. Y tomando la letra "o" por un cero quedaron "1000120". Con lo cual el bueno de Gurtubay recibió un millón ciento veinte bacaladas. Cuando llegaron a Bilbao estuvo a punto de suicidarse. Aceptó el envío con responsabilidad y resignación y cuando más desesperado estaba realizando gestiones para vender parte del pedido en Galicia y Asturias, Bilbao fue cercada por las tropas del pretendiente don Carlos María Isidro. Aquel cargamento fue el que permitió alimentarse a Bilbao durante el sitio de la primera guerra carlista y hacer a Gurtubay poseedor de una inmensa fortuna, una de las fortunas más grandes de la Villa, multiplicada por su inteligente proyección sobre el Ensanche de la Anteiglesia de Abando, participación en el nacimiento del ferrocarril Bilbao-Tudela, fundación del Banco de Bilbao del que le nombraron Consejero el 27 de agosto de 1866, siendo reelegido para el cargo en febrero del 1877 sucediéndole a su muerte sus hijos Juan y José María, este último donante de los terrenos donde se emplazó, el año 1900, el nuevo Hospital Civil de Bilbao. Para colmo, emparentó a los suyos con los Duques de Híjar y Aliaga, Alba, Andria y los marqueses de San Vicente del Barco, Yurreta y Gamboa. Una nieta suya, ya aristócrata por el matrimonio de su madre con el duque de Híjar y Aliaga, casó después con el XVII Duque de Alba.
Qué asunto más curioso de cómo puede nacer una de las grandes fortunas de Vizcaya.